The Ministry of Hospitality's service to the Church must be treated seriously and with great dignity. Therefore, Ministers of hospitality must have an understanding of the Liturgy to offer the faithful the appropriate environment effectively. In addition, the following attitudes will help ministers to seek the face of Jesus in every person who attends Church: patience, reverence, compassion, sensitivity, understanding, and kindness, thus embracing a sense of family together as the body of Christ.
Your participation in the Ministry of Hospitality should be a direct reflection of your own prayer life, which is nurtured with the Word of God and the Holy Eucharist, thereby instilling in you a spirit of dignity and respect, as it represents the visible face of the parish.
Contact to Blanca Cervantes: Email
El Ministerio de Hospitalidad como servicio para la Iglesia, debe ser tratado seriamente y con gran dignidad. Por lo tanto, los Ministros de Hospitalidad deben tener una comprensión de la Liturgia, para poder con efectividad ofrecer a los fieles el ambiente apropiado. Además, las siguientes actitudes ayudarán a los ministros a buscar el rostro de Jesús en todas y cada una de las personas que asisten a la Iglesia: paciencia, reverencia, compasión, sensibilidad, comprensión, amabilidad, adoptando así un sentido de la familia reunida como el Cuerpo de Cristo. Su participación en el Ministerio de Hospitalidad debe ser un reflejo directo de su propia vida de oración, la cual es nutrida con la Palabra de Dios y la Santa Eucaristía, infundiéndole de ese modo un espíritu de dignidad y respeto, pues representa el rostro visible de la parroquia.
Contactar a Blanca Cervantes: Email
This is a ministry of the Catholic Church which will directly impact the liturgical experience of the Parish. The minister of the word or reader or proclaimer of the Word does not only have a job in the Church. Proclaiming the Word of God is a Divine mission, and that dignity cannot be exercised by anyone who simply reads well if they have not first penetrated the content and lived the message it contains.
The reader or minister of the Word, with his presence and with his voice, must respect the dignity of his ministry. There are very practical concepts that help us understand the dignity of the ministry of the proclamation of the Word. And this is something very important because perhaps without thinking about it, we can minimize or diminish the dignity of the Word of God in many ways, sometimes with vocabulary, clothing, and other times with forms and attitudes that pose certain questions to the congregation.
They must always remember that although the reader is very important in the liturgy of the Word, the Message of God to his people is much more important. The reader's mission is nothing more than to put his person, which is something secondary, and therefore, he must present himself with great humility and always be ready and prepared in everything he can so that people receive the Message of God.
Contact Josephine Herriott: Email
Este es un ministerio de la Iglesia católica el cual Impactará directamente en la experiencia litúrgica de la Parroquia. El ministro de la palabra o lector o proclamador de la Palabra no solo tiene un oficio en la Iglesia. El proclamar la Palabra de Dios es una Misión Divina, y esa dignidad no la puede ejercer cualquier persona que simplemente lea bien, si antes no ha penetrado en el contenido y vivido el mensaje que ella contiene.
El lector o ministro de la Palabra, con su presencia y con su voz, debe respetar la dignidad de su ministerio. Hay conceptos muy prácticos que nos ayudan a comprender la dignidad del ministerio de la proclamación de la Palabra. Y esto es algo muy importante, porque quizás sin pensarlo, podemos minimizar o disminuir la dignidad de la Palabra de Dios de muchas maneras, a veces con el vocabulario, vestuario y otras veces con formas y actitudes que plantean ciertas interrogantes a la congregación.
Deben siempre recordar que aunque el lector es muy importante en la liturgia de la Palabra, es mucho más importante el Mensaje de Dios a su pueblo. La misión del lector no es más que poner su persona, que es algo secundario, y por tanto, debe presentarse con mucha humildad, y siempre listo y preparado en todo lo que él puede, para que la gente reciba el Mensaje de Dios.
Contactar Silvia Leo: Email
En este ministerio, los ministros deben ser ejemplos de la vida cristiana en fe y conducta; deben esforzarse por crecer en santidad a través de este sacramento de unidad y amor. Recuerden que, aunque somos muchos, somos un sólo cuerpo ya que compartimos un sólo pan y una sola copa. Como Ministros extraordinarios de la Comunión sean, por lo tanto, especialmente fieles al mandamiento de Dios de amar a su prójimo. Ya que cuando el dio su cuerpo como alimento a sus discípulos él les dijo: “Este es mi mandamiento, que se amen unos a los otros como yo los he amado”. ( Jn. 15:12).
Los Ministros Extraordinarios de la Comunión deben ser miembros completamente iniciados y en plena comunión con la Iglesia Católica; o sea, ellos deben haber recibido los sacramentos del bautismo, la confirmación y la primera comunión, también deben ser solteros o casados.
Los requisitos y habilidades incluyen tener por lo menos 21 años de edad y estar debidamente preparado para este papel. Estar registrado en la Parroquia por al menos 2 años. Se le reconoce en la comunidad parroquial como una persona de buena reputación. Tiene el tiempo y la flexibilidad de asistir a varias misas para así desarrollar el apoyo con los Ministros de la Comunión. Tiene sólidos conocimientos teóricos y prácticos sobre la Liturgia, teología Eucarística y el ritual, especialmente un profundo respeto y veneración a la Eucaristía.
Además, desea servir a la comunidad y dedicar tiempo y talento a este ministerio, es honesto, confiable y puede mantener una confidencialidad estricta. Es abierto y sensible a la diversidad de personas involucradas en este ministerio y presta una especial atención al detalle y tiene espíritu de generosidad.
Contactar a Carmen Rivas: Email [email protected]
Being a Minister or Altar Server is a special honour and a great privilege in the Catholic Church.
The mission of the altar servers is very important since it is he/she who is in the front line helping the priest in the experience of liturgical life and must transmit its importance to all the faithful of our Church. The altar servers can trace their roots or genealogy to the order of Acolyte, a ministry that was reserved only for those who will be ordained as a priest. Anyone can see that being an Altar Server is a unique and special ministry by which a person can help spread the word and love of Christ through their actions and words. It is not difficult to be an altar server, but there are certain things that you will have to know and remember.
The primary role of the Altar Server is to assist the priest in the liturgical celebration during mass. This is accomplished with specific actions and by being an example for the congregation, actively participating in the liturgy through your actions, singing hymns, answering questions, being alert, sitting, and standing at the appropriate times. It is also necessary to learn and know about the Eucharistic liturgy and thus know and use the necessary utensils, such as books and candles, processional cross, preparation of the credence, and the altar, chalice, and liturgical colours. etc.
Contact Jason Dupuis: Email
En este ministerio, los ministros deben ser ejemplos de la vida cristiana en fe y conducta; deben esforzarse por crecer en santidad a través de este sacramento de unidad y amor. Recuerden que, aunque somos muchos, somos un sólo cuerpo ya que compartimos un sólo pan y una sola copa. Como Ministros extraordinarios de la Comunión sean, por lo tanto, especialmente fieles al mandamiento de Dios de amar a su prójimo. Ya que cuando el dio su cuerpo como alimento a sus discípulos él les dijo: “Este es mi mandamiento, que se amen unos a los otros como yo los he amado”. (Jn. 15:12).
Los Ministros Extraordinarios de la Comunión deben ser miembros completamente iniciados y en plena comunión con la Iglesia Católica; o sea, ellos deben haber recibido los sacramentos del bautismo, la confirmación y la primera comunión, también deben ser solteros o casados.
Los requisitos y habilidades incluyen tener por lo menos 21 años de edad y estar debidamente preparado para este papel. Estar registrado en la Parroquia por al menos 2 años. Se le reconoce en la comunidad parroquial como una persona de buena reputación. Tiene el tiempo y la flexibilidad de asistir a varias misas para así desarrollar el apoyo con los Ministros de la Comunión. Tiene sólidos conocimientos teóricos y prácticos sobre la Liturgia, teología Eucarística y el ritual, especialmente un profundo respeto y veneración a la Eucaristía.
Además, desea servir a la comunidad y dedicar tiempo y talento a este ministerio, es honesto, confiable y puede mantener una confidencialidad estricta. Es abierto y sensible a la diversidad de personas involucradas en este ministerio y presta una especial atención al detalle y tiene espíritu de generosidad.
Contactar a Edgar Castro: Email